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Fecha publicación: 12/06/2013

“Paris, s’éveille” (París se despierta), cantaba Jacques Dutronc, observando cómo se deshace del desorden después de una noche parisiena, dando lugar a un nuevo día. Al igual que el sector WASH se está despertando a las implicaciones de la Declaración de París, eliminando la confusión de las iniciativas de ayuda descoordinada. Esta declaración estableció los principios de la eficacia de la ayuda, incluyendo, apropiación, alineación, armonización, gestión orientada a resultados y rendición de cuentas mutua, todos los principios loables y lógicos, a los cuales pocos se opondrían.

Sin embargo, la puesta en práctica de los mismos está tomando más tiempo, como si despertara lentamente y empezara el día con pequeñas tareas, antes de estar dispuesto a enfrentarse a los resultados. Nuestro trabajo en costos del ciclo de vida – y en la eficacia de la ayuda más ampliamente – en el sector de agua y saneamiento en Honduras ilustra lo desorganizado que puede ser a veces el sector, pero también lo poco que se necesita para poder recomponer las cosas, hacia  la aplicación de los Principios de París.

Comencemos con el despertador: el hecho de que el sector de agua y saneamiento rural todavía depende mucho de donantes. El siguiente gráfico muestra las fuentes de financiación de una muestra de 41 proyectos de inversión en el suministro de agua de pequeñas ciudades y áreas rurales, llevados a cabo por el FHIS (Fondo Hondureño de Inversión Social).

Como puede verse, las fuentes externas forman la mayor parte de éstos, tanto en forma de préstamos y donaciones, proveídos tanto por parte de los bancos de desarrollo como de los donantes bilaterales. Parte de estos préstamos  en algún momento necesitarán ser reembolsados, por lo que podría ser reclasificados como proveniente del gobierno nacional. Casi todas las inversiones por parte de los gobiernos nacionales y locales, así como de las comunidades son en forma de contribuciones;  sólo algunas de estas inversiones fueron hechas con fondos nacionales en su totalidad.

Gráfico 1: Fuentes de financiación de proyectos de inversión de capital

Otro análisis de cómo se gastan estos fondos ofrece otro nivel de complejidad. Los 114 proyectos de agua analizados se llevaron a cabo en una combinación de 4 diferentes formas de adquisición (incluyendo diferentes formas de licitación y asignación directa), 4 diferentes formas de ejecución del proyecto (incluyendo centralizada, descentralizada, y ejecutadas por la comunidad) y 5 diferentes modelos de intervención (por ejemplo, con o sin unidad dedicada a la ejecución del proyecto).

Afortunadamente, no se encontraron las 80 combinaciones matemáticamente posibles. Sin embargo, estos 114 proyectos de agua, financiados a través de 11 programas diferentes, se efectuaron a través de 19 diferentes combinaciones de procedimientos de ejecución de los proyectos. La variedad sería incluso mayor si hubiéramos incluido aspectos más detallados sobre, por ejemplo, líneas de corte (el monto máximo por encima del cual un proyecto no se considera financieramente factible) o porcentajes de cofinanciación. Esta enorme variedad a menudo causa confusión, cuándo y por qué utilizar cada procedimiento.

Algunos de estos diferentes procedimientos de ejecución de los proyectos se deben a las normas de contratación del gobierno, por ejemplo, proyectos de más de una cierta cantidad deben seguir diferentes formas de licitación que aquellos que cuestan menos. Pero la razón principal de la gran variación es simplemente debido a las demandas y los requisitos de la fuente de financiación para seguir algún procedimiento u otro.

Para mi sorpresa, a menudo esto es considerado como un hecho. Uno de los participantes en las discusiones comentó: “oh, pero ya sabes, esas normas estrictas para la ejecución del proyecto las define el donante”, sin cuestionar  si eso es lo correcto. Si uno de los principios de eficacia de la ayuda es la apropiación, ¿no debería ser el gobierno quien desarrollase los diferentes procedimientos de ejecución del programa? Si otro principio es la alineación de los donantes con los sistemas del gobierno, ¿por qué son los donantes quienes deciden los procedimientos a seguir?

La falta de información sobre los costos y la eficacia de diferentes modalidades de ejecución de programas es una de las razones de esta situación. Ni los donantes ni el gobierno han tenido la información detallada de los costos de las diferentes modalidades,  o cuáles de las modalidades de ejecución es mejor o más eficaz para los distintos tipos de proyectos. Si un país quiere apropiarse del desarrollo de su sector de agua y saneamiento, debe tener la información y los criterios adecuados para poder establecer las reglas del juego.

Honduras está tomando conciencia de estas implicaciones de la Declaración de París, como se evidencia en algunas iniciativas recientes. Una de estas es el desarrollo de un renglón presupuestario único para el sector, que incluyera todos los préstamos, donaciones y contribuciones nacionales. Este es un primer paso para ver qué programas hay en el sector, y cuánto se invierte a través de estos. Otro ejemplo es el desarrollo de un plan nacional de agua y saneamiento. En vez de desarrollar la infraestructura en base a cualquier programa que se puede negociar, pronto habrá un plan en el que los donantes pueden invertir.

También esperamos poder contribuir a analizar la información sobre los costos y la efectividad de las diferentes formas de ejecución del proyecto, por ejemplo en términos de costos promedios. Hasta ahora, los resultados de este análisis han sido una pequeña decepción: no hay indicación de diferencias entre diferentes modalidades en sus costos promedios (o tal vez deberíamos consolidarnos con el viejo lema académico de “ningún resultado también es un resultado”). Probablemente esto sea debido al hecho de que hemos considerado sólo los costos directos de desarrollo de la infraestructura (las obras físicas, el proceso social que lo rodea, y los costos de los estudios), pero no los gastos de administración, como la supervisión, la vigilancia y el programa de gestión, y que pueden ser diferentes para las 19 combinaciones de implementación del proyecto. Se espera que esto proporcione información para las decisiones de llegar a un conjunto más manejable de los procedimientos o pautas.

Como dijo uno de los participantes de la reunión: « Puedo ver que poco a poco estamos creando cierto orden en el sector del agua, de forma lenta pero constante. Pero necesitamos la información para poder hacerlo ». El despertador sonó, el desorden en el hogar se notó , y se está haciendo un buen comienzo para poner la casa en orden. Con estas tareas en marcha, esperemos que la ayuda externa para el sector de agua y saneamiento en Honduras se pueda utilizar de una manera más eficaz.

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