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Fecha publicación: 16/07/2012

En todo el mundo,  gobiernos,  organizaciones benéficas y  personas como López trabajan sin descanso para llevar agua potable a los países en desarrollo, con esfuerzos que se están haciendo notar.

Este año, el mundo alcanzó el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad el porcentaje de personas sin acceso sostenible a agua potable. Sin embargo, todavía hay 780 millones de personas sin acceso al preciado líquido,  según UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y eso, según los expertos siendo optimistas. Los funcionarios miden el progreso hacia el ODM monitoreando las infraestructuras, pero según la Campaña Internacional por la Justicia, más de la mitad de los sistemas hidráulicos construidos en el mundo en desarrollo no funcionan adecuadamente.

Problemas con el agua

En Chinda, darle agua a la población no era una cuestión de cavar pozos y poner tuberías, ya Chinda tenía todo esto. Desde el punto de vista de la infraestructura, el 91 por ciento de sus habitantes ya tenía acceso al agua. No obstante, al considerar la calidad del agua, el acceso diario y la cantidad necesaria para satisfacer las necesidades de las familias, la situación era bien diferente. Menos del 10 por ciento de las personas en Chinda tenía sus necesidades de agua cubiertas en condiciones adecuadas.

Aunque el progreso varía según la región, este es un escenario común en el mundo en desarrollo, según Jamie Skinner, coordinador para África Occidental de la Iniciativa Mundial del Agua. En promedio, el 90 por ciento de los habitantes de América Latina y el Caribe y África del Norte cuentan con infraestructuras hidráulicas, de acuerdo con UNICEF. Pero el África subsahariana, donde trabaja Skinner, va a la zaga, con sólo un 61 por ciento de cobertura. En general, UNICEF estima que en 2015 habrá suficientes pozos para llevar agua limpia al 92 por ciento de la población mundial.
« Hemos alcanzando los objetivos  actuales », dice Skinner. « Sin ninguna duda, estamos progresando », pero « no estamos midiendo lo que debemos medir », añade.

Durante décadas, la ayuda internacional ha centrado sus recursos en la construcción de pozos para llevar agua limpia las poblaciones, pero según Skinner, resulta evidente que la infraestructura por sí sola es insuficiente. Con frecuencia, las organizaciones sin ánimo de lucro  instalan un pozo y  se van, transcurridos  cinco o diez años una parte de los mismos se rompe y la comunidad no tiene las condiciones para arreglarlo.

Como resultado,y solamente en África, el Instituto Internacional del Medio Ambiente y Desarrollo estima en 50 000 los pozos averiados. Recientes encuestas realizadas en la República de Malí encontraron que un 80 por ciento de los pozos no funcionaba, mientras en el norte de Ghana, el 58 por ciento necesitaba reparaciones.

Según Skinner, incluso en aquellas áreas donde los pozos funcionan, muchas personas aún no beben agua potable. Si bien el líquido está libre de bacterias no tiene una apariencia limpia. Además, la gente no entiende por qué deben pagar por el agua cuando pueden obtenerla directamente del río sin costo alguno.

« Adoptamos un enfoque de ingeniería y construimos un pozo o una fuente », dice Skinner. « Es un paso en la dirección correcta, pero no resuelve el problema. Hay un aspecto en el comportamiento humano que no estamos abordando ».

Agua potable para todos

En Chinda, avanzar más allá de  la infraestructura necesitó de  la ayuda de Water for People, la alcaldía municipal y la comunidad, según dijo López en una entrevista televisada desde Honduras. No fue fácil, pero « lo logramos gracias a Dios ».

Water for People, que trabaja en 10 países además de Honduras, suministró los materiales de construcción y brindó apoyo institucional, sin embargo, el objetivo de López era que el futuro de su municipio no dependiera de esta ONG, sino que estuviera en manos de la propia comunidad.

López formó un Comité local para el agua, encabezado por un empleado pagado por el municipio, encargado de supervisar la administración y el mantenimiento de la infraestructura hidráulica. Water for People formó a personas locales como técnicos de mantenimiento. Para asegurar la financiación, del mantenimiento y las reparaciones, López empezó a cobrar un arancel.

Water for People invirtió la mayor parte del presupuesto del proyecto,$582.148, mientras el municipio de Chinda contribuyó con un 8 por ciento de los costos. Con el paso del tiempo, Water for People comenzó a jugar un papel cada vez menos protagónico, y ya en el 2011 Chinda fue quien aportó la mayoría de los recursos necesarios.

El enfoque refleja un reciente cambio de actitud entre las organizaciones de ayuda. En 2010, un grupo de organizaciones sin ánimo de lucro especializadas en temas relacionados con el agua, organizó la primera de lo que sería una conferencia anual para discutir la forma de mejorar proyectos de agua fallidos. En 2011, 50 organizaciones elaboraron conjuntamente los Estatutos para la Educación Sostenible en agua, saneamiento e higiene (WASH).

Los estatutos muestran que todavía hay « enormes desafíos sistemáticos para suministrar agua potable en forma sostenible » y que « muchos de los que pueden haberse beneficiado a corto plazo … ahora tienen sistemas que no funcionan adecuadamente, o han dejado de funcionar completamente ».

Igualmente hace un llamado a las organizaciones sin ánimo de lucro para considerar los sistemas de agua en el mundo en desarrollo “como un servicio y no como un proyecto”.

« Podemos ver los errores que hemos ido cometiendo y estamos intentado ver las cosas desde un punto de vista diferente », dijo John Sauer, director de liderazgo en Water for People.

En un intento de centrarse en la sostenibilidad, Water for People escribió recientemente un nuevo lema: “Todos para siempre”. Desde el primer momento nos hemos centrado en las cuestiones de financiación en la comunidad, encontrado recursos para apoyar el mantenimiento continuo mientras el sistema va envejeciendo », dijo. « Somos conscientes de que van a tener que remplazar o reparar la bomba y nosotros les ayudamos a prepararse ».

Según un estudio independiente realizado por el IRC, ahora todos los pueblos y aldeas en Chinda tienen un sistema de transporte de agua por tubería, funcional, alimentado por gravedad y con conexión doméstica, Sin embargo, el trabajo aún no está terminado. Las tarifas de Chinda sólo cubren el 15 por ciento de los costos de amortización, según el estudio. Si bien un aumento en los impuestos podría ayudar, el cierre de la brecha resulta una tarea difícil.

Pero López sigue confiando en su comunidad. « Empezamos de cero hace sólo unos años, ahora las comunidades conocen su papel y son capaces de ser autosuficientes », destacó.

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