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Fecha publicación: 12/02/2013

 

Un proyecto financiado por el Reino de los Países Bajos pretende llevar agua corriente potable a los barrios peri-urbanos de la ciudad de La Paz, la mayor ciudad de Bolivia.

Nos preguntábamos, qué factores podrían influir en su éxito y si se tendrían en cuenta la disponibilidad y la capacidad de pago por los nuevos servicios de los vecinos de la zona, un obstáculo potencial para la sostenibilidad del proyecto y de los servicios brindados por la Empresa Pública Social del Agua y Saneamiento (EPSAS).

Definitivamente la respuesta es no. La falta de una estrategia nacional para el sector que defina claramente cómo el costo total de la prestación del servicio será financiado y protegido a largo plazo, resultó ser la mayor amenaza para la sostenibilidad del proyecto.

En la actualidad, los 125 000 habitantes del sub-distrito de Chuquiaguillo tienen que depender de una red de tuberías de plástico flexible que suministra agua sin tratar a través de fuentes públicas o reciben agua de los camiones cisterna y manantiales no protegidos.

 

Redes de red de tuberías de plástico flexible sin tratar en Chuquiaguillo.Foto: Erma Uytewaal, IRC.

El proyecto de agua potable de Chuquiaguillo conectará a 25 000 hogares a un sistema de suministro de agua nuevo en 2015. El sistema consta de una planta de tratamiento de agua y 50 kilómetros de tuberías de distribución. El proyecto quiere garantizar la disponibilidad del servicio mucho después de terminada la construcción.

El IRC contribuyó a este objetivo apoyando al grupo de consultores Royal Haskoning DHV, para llevar a cabo un estudio de viabilidad socio-económica del proyecto Chuquiaguillo. El estudio examinó el impacto en mejorar la pobreza del proyecto y la capacidad y voluntad de los pobres para pagar por los servicios.

Royal Haskoning DHV y el operador de agua Vitens Evides Internacional (VEI) asesoran a la EPSAS para implementar el proyecto Chuquiaguillo de agua potable, el cual enfrenta a varios desafíos técnicos y ambientales debido a la diferencia de altura entre el depósito de agua y el área de servicio, así como el cambio climático (para más detalles, véase el sitio web de la Agencia NL). El proyecto es financiado por el Fondo para el Desarrollo de Infraestructura (ORIO), un programa de subvenciones a cargo del Ministerio holandés de Asuntos Exteriores.

Para la sostenibilidad del proyecto resulta crítica la estrategia nacional para el sector que define claramente la forma de financiar el costo total de la prestación de servicios. Tal como están ahora, las tarifas sólo se refieren a las operaciones directas y algunos costos de mantenimiento.

De acuerdo con las actuales políticas  a favor de la eliminación de la pobreza de los gobiernos, los proveedores de servicios aplican un arancel de solidaridad para los primeros 10 metros cúbicos de agua. Sin embargo, no está claro cómo la tarifa de solidaridad será subsidiada. Se requiere de precisión mediante una estrategia de financiamiento para el sector, que también promueva un enfoque de costos de ciclo de vida (ACCV), en el que todos los costos de los gastos de capital, mantenimiento del capital y el apoyo directo e indirecto estén cubiertos.

El plan de acción social, que será ejecutado por EPSAS, también contribuirá a la sostenibilidad del proyecto, donde una mayor transparencia y la rendición de cuentas son elementos importantes del plan. Esto se refiere a los indicadores de rendimiento en los niveles de servicio proporcionados, recuperación de costos, inversiones, satisfacción del cliente, y la operación y mantenimiento (O&M).

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